Como uno de los procesos más relevantes dentro de la administración de cualquier empresa que ofrezca sus productos a crédito, la cobranza es una tarea que hay que saber bien gestionar para recobrar lo que nuestros clientes nos deben sin dañar la relación con ellos.
Y es que no se trata solamente de tener un buen número deudas o parcialidades saldadas, sino también de obtener los indicadores pertinentes para estimar en qué radican los problemas principales de los planes de facilidades de pago que otorgas y, por otra parte, enterarte también de la colocación de tu producto o servicio en el mercado gracias a esta misma facilidad que promueves para atraer más compradores.
No obstante, debemos recordar que, si bien tu empresa debe contar con la liquidez para solventar la falta de pagos, esto no debe excederse al grado de que afecte su rentabilidad, pues de nada sirve tener muchos clientes si ninguno de ellos salda sus deudas. Por ello, el buen funcionamiento del sistema de cobranza es una pieza clave para el manejo de tus ingresos.
Ahora, si te preguntas cómo llevar a cabo esta tarea, aquí te decimos que existen empresas de servicio de cobranza que de manera externa y remota ofrecen desde internet su colaboración en este ámbito para ellos tratar directamente con tus clientes morosos, labor que suele resultar muy desgastante para cualquier compañía.
De esta manera, la tarea principal de este servicio de administración tercerizado es la de recuperar los ingresos dados a crédito manteniendo siempre el vínculo entre deudor y empresa sin lastimarlo, esto logrando una buena sintonía para hacer ver que existe un compromiso de pago que, aun cuando se está exigiendo, es susceptible a ser arreglado con buena voluntad de ambas partes, con respeto y cordialidad siempre presentes.
Así, teniendo en cuenta que cobrar requiere de cocimiento específico en la materia, experiencia, tacto social y de buenas aptitudes de comunicación, lo mejor es delegar la tarea a un outsourcing administrativo que pueda dar resultados sin desgastar a tu propio capital humano.
Entre los perjuicios principales de una mala gestión de cobranza se encuentran los siguientes:
- Congelación del activo de la empresa hasta que se recuperen los pagos pendientes.
- Mayores dificultadas de cobro conforme más pase el tiempo de la deuda.
- Afectaciones a la percepción de la compañía, que debe reducir líneas de crédito o hacer trámites más engorrosos cuando mucha de su cartera de clientes es morosa.